viernes, 24 de enero de 2014

¿Eliminar todo rastro? De ser así debería procurar disolver el fundamental, el más mío, y es que ese es todo lo que soy (después de aquel maldito hermoso día).  
No creo que sea necesario explicar el oxímoron.  Es evidente. Cualquiera que hubiese atravesado los tres estados fundamentales  comprendería. Y el que no los atravesó, poco me interesa que lea esto.  Después de todo, nadie puede comprender lo que no vivió; Apenas si perciben una “razonable” tristeza o alegría. Y es que me enfada que pormenoricen. Naturalmente, también me enfada sentir que exagero.
Este es un caso tal como es el tiempo. Quienes lo viven y quienes escuchan el relato tienen distintas  formas de medirlo. Tiempo existencial y tiempo astronómico, nada nuevo.  Los hechos fundamentales (existenciales), los que medí con los sentidos y diría con el corazón, sino fuera porque me está dando nauseas la poesía, esos no los entienden.  Los miden con vaya a saber que hipócrita aparato medidor, racional por supuesto.
Esa de arriba es la pregunta que me persigue en estos momentos como una posible salida. ¡Pamplinas!  No va a funcionar. Puedo dejar de escuchar al Flaco, regalar un par de libros, cuestiones exteriores, pero no puedo mirar con otros ojos. No por ahora.
Tal vez tenga razón esos días en que pienso que todo fue una creación propia. La proyección de mis ideas sobre un ser cualquiera que cumplía con los requisitos mínimos para abrirme paso al crecimiento.  De haber sido así, se me fue de las manos. Es solo un decir, no vayan a pensar que en algún momento pude controlarlo, sino no estaría hablando de un hecho fundamental.  El río inesperablemente desbordo.
Les pido que no me juzguen por esa frialdad del “ser cualquiera…”, comprenderán que a poco me lo llego a creer.  Llámenle rencor o como más les agrade. A fin de cuentas eso no es lo que ahora me interesa comprender.

Hasta acá llega lo que yo llamo “intento de clarividencia”, lo demás es todo confusión sin un solo destello de comprensión.   

martes, 5 de noviembre de 2013

Me da miedo saber la verdad 
Si te encuentro entonces, ¿qué verás? 

Incertidumbre

Darlo todo por perdido.
Allí comienza lo abierto.

Entonces cualquier paso
puede ser el primero.
O cualquier gesto logra
sumar todos los gestos.

Darlo todo por perdido
Dejar que se abran solas
las puertas que faltan.


O mejor:
dejar que no se abran.

viernes, 9 de agosto de 2013

miércoles, 10 de abril de 2013

Siento que iluminas así 
todas estas flores sin razón 
como una llovizna, al quedar 
sólo eres perfume alrededor 
sólo sé que cubres el cielo en calma.


miércoles, 6 de marzo de 2013


Decir “me gustas” es tan plano y exiguo como el hecho de gustar una manzana, cualquier manzana. Me gusta, así como me gusta un café por la tarde o una película sin doblaje. Posiblemente “gustar” carece de asertividad, se aproxima más cualquier análogo de locura: Usted me desequilibra (sea los nervios, los deseos o las ganas), me trastorna, me altera, me trastoca. Pero definitivamente, decirle me gusta es como una limosna a usted, que encarna la exquisitez. 

martes, 12 de febrero de 2013

Sin darme cuenta voy cayendo en cruz hacia el cenit,
el cielo ya no tiene mis pies.
Y la espiral que me habrá de llevar no es mejor
que todas esas vueltas que dí,
buscando un amanecer.